Ilustración linkeada de http://www.whathidemyipaddress.com
Es probable que una característica nacional muy particular sea el gusto por lo anónimo. Seres sin identidad fueron los que mataron a Gaitán y Alvaro Gómez. Humanos sin rostro son los corruptos y ahora desconocidos son los que gustan practicar la agresión en las redes.Durante dos años que he estado en Twitter he visto gran cantidad de acciones anónimas en mi contra y en contra de otras personas. Casi a diario me tengo que aguantar insultos de este tenor: “le voy a llenar la jeta de moscas”, “usted es un vago hijueputa”, “métase sus comentarios por el orto”, etc, etc.
Y sí, esto es muy normal en las redes colombianas. Es lo que tenemos. Sólo basta recordar al columnista Daniel Samper quien nunca más permitió comentarios en sus columnas de El Tiempo precisamente por esto: la caterva de gamines que, generalmente usan el anonimato, para decir cualquier pendejada sin sentido ni argumento.
Hasta acá todo normal. Así somos y creo que nadie va a cambiar esto. Sin embargo es absolutamente sorprendente que una publicación, un medio de comunicación, legalmente constituido guste, medite y publique información que nace precisamente de los seres anónimos de Internet.
Es el caso de la publicación Cartel Urbano, quien quizas en su afán de aparecer en el espectro virtual, hizo eco de una serie de premios a los peor de Twitter que precisamente son creados para burlarse y quizas hasta difamar ( en el sentido estricto del término legal) de quienes usan esta red. "Un grupo de twitteros hizo una serie de premios...", aclara la publicación. Es decir, seres anónimos, como el escritor de la nota que hace pública y gusta de lo anónimo.
En primera instancia nada más idiota que un premio a lo malo en Twitter. Por una sencilla razón: la herramienta está diseñada para dejar de leer lo que a uno no le gusta ni le interesa o le parece hediondo o detestable. ¿qué sentido tiene hacer unos premios de algo que uno puede dejar de ver?, el único sentido es la burla y difamación y hacer parte de la caterva de seres que no piensan y que son llevados por su ánimo natural de creerse los malos del paseo.
Ojalá me los gane, mi más grande sueño es ganar todos los premios en los que participe a ver si por fin me gano algo.
Ahora bien, hablando estrictamente de comunicación es evidente que aún no existe un modelo de negocio para los medios de comunicación en Internet. No conozco el primero en Colombia que sea autosuficiente por su presencia en las redes y creo que hará falta mucho tiempo para que esto suceda.
Centrado en el caso de la publicación Cartel Urbano las marcas que pautan deberían pensar sobre el valor que le puede dar a sus compañías que una publicación haga eco, y valore como positivo y digno de publicación, esta serie de virtual-vandalismo.
¿será bueno o malo qué seres anónimos aún escriban dentro de portales que en parte viven de la pauta en Internet?. Por simple lógica no creo. Es poco probable que Adidas, Pepsi o Telefónica, por ejemplo, quisieran relacionarse con vandalismo y difamación.
Y no solo esto, deja mucho que pensar sobre la calidad de una publicación que ni siquiera consulta las fuentes involucradas en un tema que será publicado y que se hará publico.
De mi se podrá decir lo que se quiera y cómo lo quieran hacer pero ojalá se haga dentro de los límites de la calidad periodística y no de las geniales ideas de seres anónimos de Internet.
Es bueno recordarle a la revista Cartel urbano que el periodismo, como regla académica y simple lógica, obliga a consultar las fuentes involucradas en la publicación de un producto. Si no lo hace se convertirá en el chisme de la esquina. Esa es la diferencia entre alguien que pasa por la academia y el que no.
Lo que más me gusta de Internet es la libertad de decir lo que uno quiera decir cuando se le dé la gana de decirlo. Basado en esto he publicado más de 79 mil tweets. Sin duda muchos de ellos no gustan y tampoco tienen porque gustarle a las personas. Otros hacen reir y yo me río cuando los publico. Publico lo que quiero porque es mi espacio, el espacio que muchas veces no he podido tener en los grandes medios.
Varias veces he pensado: ¿por qué carajos me tengo que aguantar esta serie de insultos todos los santos dias? ¿no será mejor cerrar esa vaina y dejar de leer semejantes estupideces?. Desafortunadamente o afortunadamente estudié comunicación social y para mi fortuna la presencia en las redes me ha permitido trabajar en diferentes ámbitos.
Este año, por primera vez, me pagaron por la administración de un blog y la presencia de un experimento de comunicación en redes. Y me pagaron un salario más decente que el promedio generalizado de los medios masivos de comunicación. Es decir, salirme o dejar de estar presente reduciría mis posibilidades de aprovechar estas oportunidades que ofrece Internet y que el vandalismo no se puede tirar.
Mi actitud en Internet es clara nunca debo pasar los límites legales ni convertirme en un ser anónimo que use Internet para publicar frustraciones o chismes de vecindad mexicana. Internet en Colombia no puede convertirse en una selva donde no existan reglas básicas de comportamiento.
Por mi parte esperaré al próximo 'Choco -loco' que sobrepase los límites legales y con el aburrimiento que me produce me tocará ir a una URI a entablar acciones a ver qué pasa. A ver si el sistema legal colombiano hace cumplir los códigos que en cuanto a la infamia y la calumnia están escritos.
Tres joyas más finales:
- Han llegado a tal punto de publicar cosas tales como que una famosa twittera me hace favores sexuales.
- Se meten a mi facebook a robar fotos que luego suben a Internet para burlarse de mi.
- Solo falta que en la calle me den en la jeta.
- Estos son los seres anónimos de Internet. Increíble que una publicación que parece sería haga eco de esto.
#boring.