sábado, 13 de febrero de 2010

Protesta a Fernando D´addario por lamentable artículo sobre Colombia

Mi voz de protesta por detestable artículo sobre Medellín y Aracataca de un tal Fernando D´addario públicado en el Diario Página/12 de Argentina.

Siempre pensé maravillas de Página 12. De hecho creo que aún lo pienso... pero ya menos, sobre todo cuando permiten publicar un texto lleno de imprecisiones, agresivo e inútil.

Es muy probable que el señor Fernando D'addario en su viaje a Colombia haya estado bajo el influjo de algún buen licor colombiano durante todo su periplo. Confundir el departamento de La Guajira con el departamento del Magdalena es un error similar a confundir Boca Juniors con River Plate. Extraño que un diario tan prestigioso no tenga un editor que revise errores tan básicos como este. Y si la idea era agredir, pues lo lograron.

Es cierto. Somos un pueblo lleno de violencia y eventos que ni nosotros entendenmos pero la imprecisión es imperdonable en un diario.

Pero hay más. Es probable que el trago que circulaba por las venas de ese señor en su viaje a este desgraciado país llamado Colombia lo hayan vuelto bobo y manso. El mejor medio de transporte en Aracataca es la caminata. Como la mayoria de pueblos en Colombia no se necesita una moto o transporte público como la tiene la elegante Buenos Aires. La gente inteligente se moviliza a pie.

Y sigue. Todo el mundo en Colombia sabe quien es Vallejo. El supuesto entrevistado le ha dado una pista erronea. Y sí, es odiado, y sí ,es querido, la verdad tiene más de dos caras y no escóndemos la figura de Vallejo, es más...muchos se sienten orgullosos del veneno de sus palabras. Y sí, nadie esconde que somos un país de sicarios y asesinos. Eso somos : algo que no entendemos bien y que el señor D'addario quiere resumir en un texto de 2.600 carácteres. ¡Iluso!.

En uno de sus apartes el señor ¿escritor? ¿periodista? dice: "Más tarde, en un local de billares y venta de ron, otro cataquero (así les dicen a los habitantes de Aracataca, vaya uno a saber por qué)"...fácil, es lo mismo que pasa con el gentilicio Puntano en los de su país.

Pero sus imprecisiones siguen. Señor: por favor no confundir la arepa colombiana con la de venezuela. No es lo mismo. Es mejor no escribir de lo que no se sabe, es un principio de cualquier diario escrito, tarea de colegio, ensayo.

Si la idea era ver muertos y sicarios en acción de pronto era mejor una mirada a su país.

2 comentarios:

Jorge Montoya dijo...

Personalmente, no creo que sea para tanto aspaviento el artículo este. Las imprecisiones son irrisorias, sí, pero eso de indignarse por que se vea, de acuerdo a alguna interpretación amañada, atacada la "imagen del país" en el exterior, es tan de los colombianos de bien que me invita al bostezo. #alobien

Anónimo dijo...

Hola Camilo, soy Fernando D'Addario, periodista de Página/12 de Argentina. Ante el comentario de un amigo, entré a ver lo que habías escrito sobre mí en tu blog. Quedé bastante sorprendido. Acepto la puntualización sobre las imprecisiones, aunque con matices: por ejemplo, la más evidente, respecto de la confusión entre La Guajira y la Magdalena. Cuando escribí sobre los pueblitos de La Guajira me refería, en general, a la zona del Caribe y la comparaba con la zona de Aracataca. En la Argentina, hablamos de "las pampas" en sentido genérico, cuando hay una provincia específica que se llama La Pampa (aunque parte de la provincia de Buenos Aires también son "las pampas").
Pero lo que más me interesaba aclarar es lo siguiente. En ningún momento quise reflejar una Colombia violenta, plagada de sicarios y droga. Todo lo contrario. Estuvimos allí con mi novia, de vacaciones. Conocimos Santa Marta, Cartagena y Medellín. Y lo que más nos llamó la atención fue que todos los prejuicios con los que íbamos iban desmintiéndose con la realidad que vivíamos. Yo en la nota, me burlo, o intento hacerlo con ironía (que evidentemente, fue malinterpretada) de ese clima de violencia que esperábamos encontrar y que en realidad, no nos pasó nada, que caminábamos por las calles de Medellín sin problemas, que la gente era súper amable. Te invito a que leas nuevamente la nota para que veas la intención con que fue escrita. Con Rosana volvimos fascinados con Colombia. De hecho, estuvimos también en Venezuela, país al que habíamos ido con mayores expectativas, y los dos coincidimos, a la vuelta, en que nos había gustado más Colombia. Eso sí, tenés razón: no es lo mismo la arepa venezolana que la arepa colombiana. Y tengo que decirte que nos gustó más la venezolana...
Bueno, esto, quizás ya te hayas aburrido de leer esto, tres meses después de haber escrito tu comentario, pero quería dejar claro que en ningún momento quise dejar una mala imagen de tu país, y que todos los que la leyeron en Buenos Aires se quedaron con una buena impresión.
Cualquier cosa, (si no estás ofendido, yo por mi parte no lo estoy para nada) podés comunicarte conmigo a esta dirección:
fporoto@yahoo.com.ar
Muchos saludos
fernando