miércoles, 3 de febrero de 2010

Ya van más de 60 años en guerra

Los aguacates que venden en un carrito en cualquier calle de Bogotá son cuatro veces más grandes que estos que encontré en un supermercado gringo.

La generación de mi padre y madre no saben que es vivir en un país sin guerra. Ya son más 60 años escuchando las mismas noticias. Guerrillas, corrupción, políticos, narcos, muertos, guerras, balas. Los mismos apellidos,lugares y ciudades. Parece ser que estamos estancados en el tiempo.

Ignoro si la situación mejorará o por el contrario, con el pasar de los años, Colombia será un lugar menos vivible.

En teoría el ejercicio político debería ser conciente de esta situación y en teoría su trabajo debería ser el de luchar o aportar ideas para que el rumbo de los destinos sean cambiados. Un total de 60 años de guerra, más de 20 millones de pobres y el segundo país con más refugiados del mundo demuestran que la lucha política del pasado no ha estado a la altura del reto.

Es probable que mi generación esté cansada de esto. Es probable que no. A otros, ni les interesa. Para muchos es lo mismo un muerto que una masacre. Es lo mismo la corrupción moral como la política. ¿qué más da?. Estamos acostumbrados. ¿qué nos importa?. Ese es nuestro destino.

Sin embargo, ante todo este patético contexto considero que se debe ver el futuro con esperanza. Y es acá cuando uno se cuestiona hacia las posibilidades que tenemos para construir un futuro más amable, menos cruel.

¿Cuál es el modelo de país que se está construyendo?. ¿En qué somos buenos los colombianos?. ¿Para qué servimos?. ¿Qué podemos hacer? para vivir tranquilos, construir nuestra casa, trabajar, pagar una educación decente y de calidad. Son 20 millones de pobres y otro tanto de ciudadanos que no han podido acomodarse al modelo excluyente que sólo beneficia a algunos.

Escribo este post fuera de Colombia y extraño el jugo de guayaba. En el supermercado de este lugar vi cuatro frutas. Todas pequeñas. Da risa. Sin duda Colombia es el país de las frutas en toda la extensión de la palabra. Ojalá no se quedarán solamente allá. Haríamos un bien a la humanidad.

Guerra

Varios gobiernos en el pasado han intentado acabar con la guerrilla a punta de bala. No lo han logrado. Estatutos antiterroristas, leyes que restringuen libertad de pensamiento, entre otras, van y vienen cada cuatro o u ocho años. También han intentando dialogar, unas veces con resultados y otras no.

Lo que es claro es que nada cambia o la transformación va a paso de tortuga. Quizas sea porque no se ha cortado la raíz del problema, la desigualdad en la repartición de la riqueza, falta de oportunidades, falta de educación, etc, etc.

Pese a todo, creo, sin lugar a dudas, que vale la pena creer en un futuro mejor.

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