viernes, 26 de febrero de 2010

La señora del sangrado

Foto de http://www.sxc.hu
El delicado sangrado váginal que la llevó al borde de la muerte fue superado, quizas, por obra de un milagro.


Historia de un milagro en la ciudad de Bogotá.

Bajo el inclemente sol de Bogotá, el 4 de febrero Ana María Andrade*, de 45 años, tuvo que ser recluida en la sección de urgencias de la Clínica de Occidente. Un constante sangrado genital la obligó a visitar el centro médico ubicado en el sur occidente de la ciudad.

Al observar la grave condición de la paciente los médicos determinaron atenderla de inmediato. Las primeras revisiones daban cuenta de un sangrado genital disfuncional.

“Tiene un síndrome anémico crónico agudizado. Es necesario practicarle una politransfusión, y trabajo respiratorio de inmediato”, afirmaron los médicos que atendieron la emergencia de Ana María.

Todo indicaba que, luego de padecer lo traumático que puede resultar una dolencia como esta, las malas noticias apenas iniciaban.

Enfermeros y galenos iniciaron su trabajo y de inmediato se procedió a realizar lo que en términos médicos se llama intubación orotraqueal junto con implantación de un catéter de la arteria pulmonar. Igualmente procedieron a darle ventilación mecánica.


Tras varias horas de hospitalización Ana presentó lo que llaman los médicos un embolismo pulmonar. Esto significa que la arteria pulmonar estaba obstruida. Según los expertos, es la tercera causa de muerte en los hospitales.

Todo indicaba lo peor. Una junta médica concluyó que estaban bajo una encrucijada. Los expertos deberían tomar la decisión de realizar un procedimiento llamado trombolisis, en el cual se procede a la disolución del coágulo que afectaba a la paciente, o colocar un bolo. Los dos procedimientos, concluyeron, “podrían incrementar su sangrado genital”.

El único procedimiento que le quedaba a Ana María consistía en ubicar el sitio del embolismo. Durante los primeros exámenes había sido imposible determinar su ubicación exacta pese a realizarse una revisión exhaustiva.

“Lo único que nos queda es revisar la región pélvica” concluyó uno de los médicos que atendió a Ana María.

Tras cinco días de hospitalización los galenos determinaron que era el momento de realizar la trombolisis. Pese a la esfuerzo de enfermeras y médicos el procedimiento no tuvo los resultados esperados y Ana María seguía en un estado crítico.

Tras la delicada situación y buscando salvar la vida de la paciente se determinó realizar la angiografía que determinaría la ubicación exacta de los coágulos. Finalmente, realizado el procedimiento, las noticias no eran nada alentadoras.


Desafortunadamente, se habían encontrado dos trombos y estaban ubicados de tal forma que no tenían posibilidad alguna de procedimiento quirúrgico.

Sin embargo, a pesar de delicada situación, y sin explicación alguna por parte del cuerpo médico, Ana María Andrade, tras 10 días de hospitalización y estado grave salió por la puerta de la Clínica de Occidente.“Agradezco a Dios y a los médicos por esta nueva oportunidad de vivir”, fue lo único que dijo Ana María bajo el inclemente sol de Bogotá.


*Nombre de la paciente no me fue suministrado por la fuente de esta noticia.

2 comentarios:

@Arttesano dijo...

Pero me quedé en ascuas, la señora se salvó o simplemente salió ...

Camilo García dijo...

Compañero: Salio. Esta viva.