martes, 28 de julio de 2009

¿Qué pasa cuando ocurre un accidente en Bogotá?

Barrio Rafael Núñez. Accidente de tránsito entre una moto y un taxi de esos chiquitos que son detestables.


Las ambulancias no llegan rápido, los conductores pitan en la oreja del accidentado que está en el piso pidiendo ayuda, los funcionarios de la ambulancia trabajan con desdén, el señor que alista la camilla es el mismo conductor y no sabe de qué forma se pone, transeuntes pasan con indiferencia, y los "chupas" llegan sonrientes por alguna razón. Eso pasa.



Acabo de presenciar un accidente en el cual dos miembros de la Infanteria que iban en una moto de alto cilindraje chocaron con un taxi en el barrio Rafael Núñez. Llegué minutos despues de ocurrido el insuceso y estuve hasta el momento en el cual — 30 minutos después — llegó la ambulancia. Como no sé de primeros auxilios, no sabía qué hacer, pero como soy un ser humano, me quedé a la espera de colaborar en algo.

Mi única ayuda fue la colaboración con la ubicación del accidentado, detener por segundos el tráfico para que ningún carro cometiera una imprudencia y orar. Estando allí observé los personajes que aparecen cuando esto sucede.

El transeunte normal pasa derecho. Se queda un rato mirando y sigue su camino. Obvio, no sabe qué hacer, como yo en este caso. Luego vienen los señores de corbata en carro de lujo. Pitan sin cesar porque necesitan llegar rápido a su destino. Hasta cierran la ventana del carro y piensan como solucionar el trancón subiéndose a cuanto andén puedan hacerlo.

Pero lo mejor sucede cuando llega la ambulancia. El carro se parquea a unos metros del accidentado y se baja una funcionaria.

Yo pensé que en estos casos el tiempo era oro y me imaginaba grandes hombres corriendo para salvar una vida. Pero no. Todo lo contrario. Una señora se baja con pereza, con su actitud mostraba claramente que odiaba profundamente su trabajo. Caminó despacio hasta el herido. Le puso un cuello ortopédico. Llamó al conductor de la ambulancia para que le llevara una camilla de inmovilización.

Mientras todo esto pasaba llegaron los "chupas". Frotándose las manos dijeron en coro los dos funcionarios públicos "Bueno, señores el Soat", Uno de los policias de tránsito casi golpea al herido que aún estaba en el piso y llorando de un dolor en la columna.

Pese al dolor, que lo puso rojo y le sacó lágrimas las dos funcionarias de la ambulancia lo voltearon levemente para subirlo a una camilla que supongo era para inmovilizarlo. El señor conductor de la ambulancia, quien tenia el aparato o camilla , no sabía como ponerlo, mientras tanto, las dos señoras de la ambulancia sostenían de medio lado al herido, que lloraba. Una vuelta a la camilla, dos vueltas, que así no es, que el seguro va para el otro lado.... Finalmente lo lograron. Mientras esto sucedía la funcionaria de la ambulancia le pidió al "chupa" una fotocopia del Soat. El herido seguía llorando y eso que era un policía gigante.

Luego me fuí pensando que eso somos.

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