sábado, 5 de julio de 2008

Aventuras tecnológicas en Colombia


Diferentes empresas del sector tecnológico cuentan las aventuras que han vivido sus funcionarios, en el esfuerzo por conectar al país y llevar dispositivos tecnológicos a regiones apartadas de Colombia.

Estos emisarios de la tecnología han superado el problema de acceso a sitios donde han llegado pocos seres humanos, han tenido que recurrir a la creatividad y recursividad colombiana para superar ataques de abejas y chulos, han sufrido el rigor de los mares y ríos del país, pero en la mayoría de los casos, lograron el objetivo de entregar un computador o instalar una antena.
Todos los expertos que realizaron periplos por la geografía nacional coinciden en dos hechos: El primero de ellos es el descubrimiento de lugares increíblemente hermosos como el río Apapoporis, en el departamento del Vichada y en todos los casos, como un signo característico, un sentimiento de cariño y amor ha rodeado las acciones de la entrega de dispositivos, que finalmente son una demostración del afecto entre colombianos y una comprobación de las capacidades para cumplir metas.






El teclado no come dedos

La antropóloga María Andrea Romo fue la funcionaria seleccionada por Computadores para Educar para enviar seis dispositivos y una impresora a la comunidad Cabiyaris ubicada en el departamento de Vichada.
La historia inicia cuando los indígenas Cabiyaris construyeron con ayuda del cura y el rector del colegio, el edificio que exige la entidad estatal como requisito para entregar computadores. Las fotografías del esfuerzo comunitario llegaron a las oficinas de Bogotá y al observar que cumplía los requerimientos decidieron enviar los computadores a la comunidad de Buenos Aires, ubicada junto al río Apaporis, departamento del Vichada.

Para cumplir con la promesa la antropóloga se embarcó en un vuelo que realiza la iglesia católica tres veces al año a la zona. En un destartalado, pero útil avión DC3 se embarcaron los seis dispositivos, la antropóloga y una serie de combustibles y víveres. “Los pilotos le pegaban al motor para que funcionara”, afirmó a este HYPERCONECTADO, la funcionaria.

Luego de un largo viaje el avión aterrizó en un potrero en el corregimiento Pacoa, punto intermedio del departamento del Amazonas y Vaupés. Una vez allí fueron recibidos por la comunidad, que emocionada y dirigida por el rector del colegio, el señor Plinio, ayudaron a descargar los enseres que venía en el avión y los computadores para empezar un viaje en un bote de madera rió abajo del afluente Apaporis.

Una vez llegaron al sitio donde están las casas de la comunidad los niños se tiraron al río y emocionados nadaron al lado de la barca de madera que los transportó y que es el único vehículo que resiste el transporte de grandes volúmenes de peso.

Ya instalados y con la revisión de las instalaciones eléctricas realizada se prendió la planta y llegó el momento de iniciar los computadores en un evento que congregó toda la atención de los habitantes que nunca habían visto un aparato así, ni siquiera una máquina de escribir.

Ya con todo funcionando la antropóloga les empezó a enseñar a manejar el programa Saint y el paquete Office. “Si uno compara los niños de la ciudad y los indígenas puede observar que los dos aprenden muy rápido el tema tecnológico, no importa que los niños de allá nunca hallan tenido contacto con aparatos”, concluyó la tutora que duró un mes en la zona debido a que no había posibilidades de salir.

En el proceso de enseñanza y acompañamiento sucedieron eventos curiosos. Los niños pensaban que los ratones eran de verdad y cuando se les mencionaba que los tomaran los buscaban en el piso o cuando en las clases se le requería que subieran el Mouse, lo alzaban y lo más curioso de todo fue la sensación que tuvieron al presionar el teclado.

Finalmente y luego de un mes de convivencia y enseñanzas de las bases tecnológicas la antropóloga salió del corregimiento y al despedirse con la satisfacción de la misión cumplida lloró.


Chulos y abejas atacan

Cuando los funcionarios de Ericsson Colombia se dieron cuenta que la antena que debían poner en una torre de 120 metros de altura estaba llena de estiércol de chulos concluyeron que la labor encomendada no sería nada fácil. A pesar de observar cientos de estos animales que tenían como refugio la antena, los funcionarios que participaron en la operación tenían claro que la ubicación de este dispositivo era importante para el país porque a través de este, buena parte de esa región podría comunicarse.

Y es que para que todos los colombianos disfruten del servicio telefónico y de Internet es necesario que se instalen dispositivos, que por lo general, se deben ubicar en lo más profundo de la geografía nacional donde muchas veces ni siquiera un helicóptero puede llegar.

En países con recursos y sin conflicto armado como en el caso de Alemania Oriental se utilizan helicópteros para llegar a los sitios pero en Colombia toca en lomo de mula. Las instalaciones de este tipo pueden durar meses y la realizan tropas de 12 a 20 personas que deben viajar a lugares sin electricidad eléctrica y muchas veces con complicadas condiciones climáticas.

Para cumplir con su objetivo los ingenieros encargados de la misión tuvieron, en primera instancia, que luchar contra los chulos que tenían invadida la torre. Así mismo en muchas de las instalaciones que realizan a lo largo y ancho del país deben enfrentarse a enjambres de abejas que de no ser neutralizadas pondrían en riesgo la integridad de los trabajadores. “La verdad que es una odisea y es un riesgo”, afirmó a este HYPERCONECTADO, Manuel Sarmiento, Project Manager de Ericsson en Colombia.

Para subir una antena de estas se necesitan varios días y todo el material humano eficaz y recursivo para lograr el cometido. Para ello se requiere toda una logística ya que por una herramienta que falte no se puede detener la operación que finalmente consiste en elevar 120 metros y alinear un aparato que sirve para que todos en Colombia estén comunicados.

El destino: entregar computadores

La primera entrega de dispositivos que realizó Computadores para Educar al parecer marcó el destino de una de las entidades que vela por reducir la brecha digital en Colombia.

Este primer viaje no se realizó a una cercana región. La primera entrega llevó computadores al corregimiento de Manamito cerca a la Población de López de Micay, tristemente celebre porque no ha existido poder humano que les permita disfrutar de energía eléctrica.

Los computadores salieron en un camión desde el centro de reacondicionamiento de Corferias con destino a la ciudad de Cali y posteriormente llegaron al puerto de Buenaventura sin ningún tipo de inconveniente. El reto comenzó al llegar al puerto ya que para llegar a la población con los aparatos se debían embarcar en un planchón que se demora de 19 a 24 horas y que toma un camino paralelo al mar por medio del cual se llega a la población.

Una vez superado todo estos obstáculos llegaron al corregimiento. “Los habitantes no lo podían creer. Sería tal la emoción que nos atendieron con sólo lujos, comimos langostinos, tiburón cangrejo”, afirmó a la este HYPERCONECTADO, Juan Carlos Ruiz, funcionario que acompañó la comitiva.


“Le doy gracias a Dios porque tuve la oportunidad de enseñarles Word, Excel, Power Poíno. El profesor y los curas eran como la clase alta y al llegar con los computadores se democratizó todo”, recuerda el funcionario que llevó los computadores a la apartada zona del Cauca colombiano.


Cacique on-line

Cuando Rolando Portus, Gerente de Operaciones, de la empresa Dell recibió una notificación donde se le pedía una instalación de un solo computador en una comunidad indígena cerca a Leticia en el Amazonas, se sorprendió, pero al mismo tiempo sintió que era una responsabilidad de la compañía cumplir con la entrega.

Tras conocer que una ONG europea le había regalado un computador con conexión a Internet satelital a un cacique en una comunidad indígena en el amazonas sintió que llevar a cabo esa tarea demostraría la seriedad en la modalidad de entrega de los computadores DELL.

El funcionario procedió inmediatamente a establecer los costos del viaje y preparó un ingeniero que tomó un avión hacía Leticia y una vez en tierra en un jeep fue transportada a una comunidad que vivía sin ropa pero que con alegría recibieron al heraldo tecnológico.

Una vez instalado el computador el ingeniero comenzó a enseñarle las funciones básicas del aparato al cacique durante dos días que terminados como ocurrió recurremente en estas crónicas los habitantes no querían que el ingeniero se fuera. Hoy en día el cacique del Amazonas debe estar navegando por el ciberespacio.

1 comentario:

Solaranlagen1 dijo...

Camilo me da mucho sentimiento leer.

Econtré su blog porque justo estoy buscando una comunidad ribereña sin electricidad en la Orinoquía/Amazonía en Colombia que tenga entre 10 y 20 familias y que amparada por una institución pueda recibir un sistema para generación de electricidad.

Si tiene alguna información por favor escribirme a gasca@aprotec.com.co

Cordialmente,

Diana C. Gasca